Niños, leche de vaca, gluten y diabetes/celiacos

XXXLimagenLa diabetes tipo 1 es una enfermedad inflamatoria, crónica, auto-inmunitaria, desencadenada por factores ambientales, como la alimentación; virales, como la Rubéola y enterobacterias; el crecimiento y aumento de peso acelerados. No aparece exclusivamente en personas susceptibles, es decir, con la carga genética característica de la enfermedad.

Los factores ambientales parecen ser determinantes en el trastorno ya que sólo la adquieren ≈ 5% de personas con la carga genética HLA. Asimismo, entre 13 y 33% de gemelos monozigóticos, ambos la adquieren; también hay 10 veces más casos entre caucásicos que viven en Europa. Ver gráfico 1, aumento porcentual de casos en menores de 14 años en distintos países y el incremento alarmante de la Diabetes tipo 1 en Noruega en los últimos 50 años. Se ha observado también, en estudios de migrantes, que las personas que van de lugares de baja incidencia la adquieren en los lugares de alta incidencia (M. Knip, Diabetes. vol 54, Dic. 2005).

Muchos estudios indican que existen factores ambientales desencadenantes de la diabetes tipo 1. Se ha visto que entre 13 y 33% de gemelos, ambos generan diabetes. Asimismo, la distribución geográfica de la incidencia demuestra, por ejemplo, que en Finlandia son 40 veces más frecuentes los casos que en Japón y 100 veces más frecuentes que en Zunyi, una región de China. Esto significa que elementos ambientales como la alimentación, el aumento de peso y el crecimiento acelerados, o los virus que afectan las mucosas, aunados a la susceptibilidad genética individual ligada a Human Leucocyte Antigen (HLA) de tipo DQ2 y DR3, pueden ser los desencadenantes de la diabetes tipo 1. Estadísticamente, 1 en 20 personas HLA generan la enfermedad. Coincidentemente, los celiacos comparten el mismo marcador genético HLA.

Antes, la gran mayoría de casos se producían en niños; pero, en la actualidad, los casos de diabetes tipo 1 en adultos viene igualando numéricamente a la de niños. El 90% de los casos se presentan en familias donde nunca ha habido personas con el trastorno.

Dentro de las posibles causas de esta enfermedad, que viene aumentando anualmente en 4%, se encuentra el daño de la mucosa gástrica y una permeabilidad aumentada como factor desencadenante de la respuesta auto inmunológica de la persona susceptible. Para entender mejor esta relación debe saberse que en el sistema digestivo se encuentra el 70% del sistema linfático humano, (Ver más en el sistema inmunológico de las mucosas). El sistema linfático protege al organismo brindando inmunidad adquirida, que se genera a través de dos situaciones: como Tolerancia (es la falta de respuesta a antígenos propios, vale decir los linfocitos discriminan adecuadamente entre lo ajeno, lo propio y lo propio alterado por lo ajeno); o Inmunidad (anticuerpos que atacan a un agente extraño). Estratégicamente, el sistema linfático se encuentra en lugares expuestos al ambiente, como por ejemplo el sistema digestivo. Ahí intercepta los microorganismos invasores o toxinas antes que puedan difundirse ampliamente por todo el organismo. El tejido linfoide en el tubo digestivo queda expuesto de inmediato a los antígenos que lo invaden. El tejido linfoide de la garganta y faringe está muy bien localizado para interceptar a los agentes que entran por la vía respiratoria alta.

Asimismo, debemos tener en cuenta la función que tiene la flora gastrointestinal para el sistema inmunológico, ya que será el primer protector contra agentes extraños del sistema linfático. Seguro se preguntarán ¿y esto por qué es importante? Pues es importante debido a que los bebés nacen sin flora gastrointestinal y con una permeabilidad intestinal aumentada. Esto significa que el intestino absorbe moléculas grandes y todo tipo de sustancias, a diferencia de un sistema gástrico sin permeabilidad, en donde sólo se absorben micro nutrientes (macro nutrientes previamente digeridos) y hay mayor discriminación de las sustancias que ingresan al torrente sanguíneo. La flora gastrointestinal se comienza a adquirir inmediatamente después del nacimiento, de acuerdo a la flora de la madre. Gradualmente, de manera descendente, se va colonizando todo el intestino hasta llegar al colon. Es común que la flora esté establecida hacia la tercera o cuarta semana después del nacimiento (Colorado State University: Microbial life in the digestive tract.). La permeabilidad intestinal incrementada (ver gráfico de permeabilidad generada por gluten y la reacción inflamatoria) se presenta desde el nacimiento hasta los dos meses de edad en un sistema digestivo sano. Hay modificaciones transitorias derivadas del uso de antibióticos o en relación a cambios dietéticos, pero suelen ser reversibles en condiciones normales, de modo que cada individuo mantiene una flora predominante, relativamente estable. (F. Guarner).

Esto quiere decir que el sistema gástrico del recién nacido es inmaduro y debe recibir únicamente leche humana para continuar con la maduración gástrica. La leche materna le brindará al bebé nutrientes generadores de flora gástrica y sustancias inmunológicas para su protección.

Por esta razón muchos estudios relacionan la lactancia materna prolongada con la menor susceptibilidad de contraer diabetes tipo1 . Cuando se introducen sustancias extrañas como por ejemplo la leche de vaca (con los tipos de proteínas: alpha-caseína, Beta-caseína, Beta-lactoglubulina bovina, gama-caseína, alfa-lactoalbumina, gammaglobulina, albúmina bovina ó Bovine Serum Albumin (BSA), entre otros), además de hormonas como insulina bovina que difiere en tres moléculas de la insulina humana, en relación a ella se ha visto que es el primer auto anfígeno contra las células beta en la etapa post natal, es más frecuente entre niños pequeños diagnosticados con diabetes tipo 1 que los niños más grandes y adultos, esto posiblemente debido a que la leche de vaca es el primer alimento que consumen muchos bebes desde el nacimiento y muchos niños pequeños como alimento exclusivo o combinado con leche materna.

La alpha caseína y la beta caseína son los principales generadores de respuesta auto inmune de la leche de vaca que persiste en la niñez. La beta lactoglobulina (proteína bovina no humana) se ha encontrado en la leche de madres que consumen productos lácteos ajenos a la naturaleza humana. Esto hace que se produzca una reacción autoinmunitaria y/o alérgica en bebés sensibles. IgG en bebes alimentados con leche de vaca

La leche bovina es una de las principales sustancias que genera anticuerpos en niveles muy elevados en el organismo. En estudios de niños con diabetes tipo 1 y en niños del grupo control, ambos grupos tenían elevados niveles de anticuerpos contra las proteínas de la leche e insulina bovina.

El gluten es también un agresor, tal como lo demuestra el registro de diabetes de Bélgica: 1 en 10 pacientes con diabetes tipo 1 tienen los anticuerpos anti transglutaminasa positivos a la enfermedad celiaca. Debemos tomar en cuenta que muchos celiacos no presentan este marcador elevado en sangre, lo que significa que el número es mayor, aunado a que un 40% de celiacos son asintomáticos, es decir, no muestran ningún signo ni síntoma durante muchos años (Fact Sheet about Celiac Disease Univ of Chicago). Los casos asintomáticos demoran aproximadamente 11 años en diagnosticarse. Según el estudio de G.Barera y col. , la prevalencia de la enfermedad celiaca en pacientes con diabetes tipo 1 es 20 veces más elevada que en la población general . 60% de los casos están presentes al comienzo de la diabetes, muchos indetectados; pero un 40% adicional desarrolla la enfermedad luego de unos años de iniciada la diabetes tipo 1.

En un estudio realizado en Italia se encontraron anticuerpos IgG contra gliadina en todos los niños con diabetes y no se encontraron en el grupo control. En otro estudio Italiano (In Vitro-Deranged Intestinal Immune Response to Gliadin in Type 1 Diabetes, Auricchio y col, Am. Diab. Association July 2003) sobre la actividad inmunológica de biopsias de intestino delgado en pacientes pediátricos con diabetes tipo 1, detectaron reacción inflamatoria con gliadina en todos los tejidos in vitro, hasta en aquellos que no mostraron aplanamiento de la vellosidad gástrica en el momento de la obtención de la muestra.

Es tan alta la incidencia que hoy en día, en las recomendaciones nutricionales para bebés, ya no se les brinda cereales con gluten sino hasta después del primer año de vida por prevención de la generación de un grave daño inmunológico al sistema gástrico todavía inmaduro. Cuando el niño es recién diagnosticado con diabetes tipo 1, es recomendable mantener una dieta libre de gluten ya que aunque no aparezcan los marcadores sanguíneos, un 60% desarrolla la celiaquia en poco tiempo. Evitar el gluten en la alimentación promueve el crecimiento y genera cambios en la dosificación de la insulina, según el estudio de O.I.Saadah y col. (Effect of gluten-free diet and adherente on growth and diabetic control in diabetic with coeliac disease. Arch.Dis,Child 2004, 89).

Esta explicación sobre la estrecha relación que hay entre la leche, el gluten y la diabetes tipo 1 ha sido necesaria para que se pueda tener idea de la gravedad de este tema. En este caso de análisis de producto, justamente el gluten se encuentra considerado como alimento permitido para diabéticos. Es más, se le relaciona con la alimentación adecuada o ideal de diabéticos siendo ampliamente consumidas por ellos sin tener la menor idea que pueden estar ingiriendo una sustancia que les podría ser sumamente tóxica. Me refiero a los diabéticos sensibles al gluten, ya que los celiacos y los diabéticos tipo 1 comparten el mismo marcador genético HLA DQ. La leche de vaca es considerada en algunos países como un alimento importante para la niñez; tanto es así que la lactancia materna viene siendo desplazada por la leche de vaca

XXXLimagen El valor nutricional REAL de los alimentos.

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Una respuesta a “Niños, leche de vaca, gluten y diabetes/celiacos

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